Y llega un día que tu hij@ te dice: ¡Mama/ Papa, nos vamos de colonias!
Sonrisa falsa, sudores fríos, y se plantea el dilema:
¿Sobrevira a tres días sin sus padres? ¿Sobreviviremos tres días sin nuestr@s hij@s?
Las primeras colonias es lo que tienen, ponen a prueba a los padres, dado que surgen múltiples cuestiones, temores e incluso vivencias propias que a veces son excelente, y otras no tanto…
Una vez tomas la decisión, no sin múltiples vaivenes y consultas a otros padres con más experiencia, llegan los preparativos: compras, reuniones, búsquedas de la casa de colonias, bombardeo de preguntas a las pacientes profesoras, y sobre todo motivas a tu hij@ para una vez en el sitio se lo pase lo mejor posible.
Primer paso: la reunión, dónde las preguntas más insospechadas salen a la luz, incluso alguno de nosotros pensamos plantear si podemos acompañarlos, o quizás hacer una mini excursión para poder visualizar desde el exterior como va todo….
Tras la explicación realizada sobre el funcionamiento, y de darnos tranquilizantes para que la ansiedad del momento se pase, nos dan todo tipo de indicaciones, y recomendaciones, acompañadas por una fabulosa lista de productos necesarios para la ocasión.
Así que con dos o tres semanas vista, decides involucrar en los quehaceres al retoñ@, y te plantas en el Decathlon para surtirte de los enseres indispensables: mochila, saco de dormir, y sobre todo, ¡MAMA/ PAPA que no se os olvide la linterna!!
Ya lo tenemos todo listo, la mochila preparada, los niñ@s convencidos y sobre todo, ¡los nervios templados y el espíritu aventurero a tope para que la experiencia que van a vivir sea lo más agradable posible!
Solo queda despedirlos el día de partida con el pañuelo en la mano y viendo como el autocar inicia el trayecto hacia su: ¡¡ pequeña / gran aventura!!
No pasa nada tranquilos papis están en muy buenas manos.
M'agradaM'agrada